Bienvenido a la guerra

¿Qué tal tu nueva ayudante?

- Bueno, de momento no ha intentado matarme, así que me doy por satisfecho.

─ Es un idiota.

─ ¿Quien? Porque en medio de esta peña tendrás que concretar un poquito mas.

─ El del jersey azul sentado en la ventana. Está en mi clase de literatura. Se cree muy listo y muy guapo.

─ ¿Quien? ¿Derek Raynold?

─ ¡Ah! ¿Le conoces?

─ Joder, claro que le conozco. Es mi hermano.

─ Bueno... no es idiota del todo...

Pareces cansada, ¿quieres que le eche un vistazo a tus sueños? Lo haré encantada.

- Últimamente... no tengo ningún sueño propio.

¿Sabes qué? A la mierda estos concursos. La vida es un puto concurso de belleza detrás de otro. El instituto, la universidad, luego el trabajo... ¡A tomar por culo! Y a la mierda la academia de pilotos. Si quiero volar, ya buscaré el modo de hacerlo. Hay que hacer lo que te gusta, y a la mierda lo demás.

Esto es una locura... o una genialidad.

Es sorprendente lo a menudo que coinciden esos dos conceptos.

─ ¿Esto es un sueño?

─ No.

─ Lo suponía. Si fuera un sueño, habría ron

—¿Ese es el Holandés errante? No parece gran cosa.

—Tú tampoco. No lo subestimes.